Este proyecto consistió en una reforma parcial de una vivienda adosada de 200 m², distribuida en dos plantas.

Se apostó por un diseño que prioriza la comodidad y la calidez de los espacios, destacando especialmente el uso de tonos naturales y suaves en todas las estancias.

La madera clara en los suelos y en el mobiliario aporta un carácter cálido y acogedor, mientras que la paleta en tonos verdes utilizada en la cocina proporciona un ambiente relajante.

Los baños combinan revestimientos cerámicos de tonos neutros con modernos detalles en negro en griferías, mamparas y luminarias, creando espacios elegantes y actuales.

El papel pintado floral empleado en algunos de los baños aporta un toque delicado y fresco.

En conjunto, la reforma ofrece un hogar luminoso, confortable y en armonía con las necesidades de sus habitantes.